Los Costos Ocultos de las NFT y su Impacto Medioambiental

La creciente concienciación sobre los daños ecológicos globales y el cambio climático causados por el progreso tecnológico ha llevado a los expertos del sector y a los artistas a cuestionar el impacto medioambiental de los tokens no fungibles, o NFT. A pesar del extraordinario aumento de este tipo de activos digitales en el último año, aún es demasiado pronto para obtener datos válidos que permitan evaluar los riesgos medioambientales de los NFT. Aunque están apareciendo algunas cifras, ninguno de estos datos ha sido revisado por expertos externos y puede considerarse fiable todavía.

Los tokens no fungibles son una tecnología basada en la cadena de bloques que hace que los activos digitales sean únicos y singulares. Las fotos, los vídeos y las creaciones musicales pueden copiarse digitalmente de forma infinita, pero los contratos inteligentes de blockchain garantizan que una obra de arte o un vídeo, por ejemplo, sea la única representación que existe de ese elemento.

Además, la tecnología permite al usuario realizar transacciones en un entorno sin confianza, por lo que no es necesario que terceros verifiquen su validez.

Estas razones hacen que las NFT sean valiosas y están en la base de su auge en diferentes campos, especialmente en el artístico. Su impacto medioambiental también se ha convertido en una de las principales preocupaciones de los artistas, que han emprendido diversas acciones para combatir el cambio climático y reducir su huella de carbono con las NFT.

¿Son las NFT Malas para el Medio Ambiente?

El artista digital Beeple, que vendió su obra “Everydays: The First 5000 Days” por una asombrosa puja de 69 millones de dólares en Christie’s, cree en un futuro más sostenible para las NFT y se comprometió a que su obra fuera neutra en carbono. Cree que podría compensar las emisiones de sus NFT destinando parte de sus fondos a energías renovables, proyectos de conservación y desarrollo de tecnología que reduzca las emisiones de CO2.

Con una herramienta sencilla como Offsetra para ayudar a los artistas a calcular su huella, Beeple pudo calcular que para compensar las emisiones de una de sus colecciones, necesita aportar 5.000 dólares para compensar su impacto ambiental. Beeple y otros destacados artistas decidieron unir fuerzas para vender NFTs neutros en carbono y recaudar fondos para la Fundación Open Earth. Esta organización sin ánimo de lucro fomenta el desarrollo sostenible y la solidaridad a través del arte y la educación.

Estos fondos específicos se destinaron al desarrollo de la tecnología blockchain para la responsabilidad climática. Cada artista y obra de arte recibió 60 compensaciones de carbono comprometiéndose a compensar su huella de NFT para crear un impacto climático neto positivo.

Si estás buscando plataformas seguras y confiables para iniciar tu recorrido en el mundo de las criptomonedas, no tienes que dejar de conocer a Binance Kucoin, lideres del mercado actual. En ellas, podrás comrpar, vender e intercambiar más de 70 monedas.

criptomonedas

¿Cuál es la Huella de Carbono de un NFT?

Aunque es algo imposible establecer con precisión el coste ecológico de las criptomonedas, diferentes estimaciones pueden darnos una idea de la huella de carbono de una NFT. Por ejemplo, el peso de una obra de arte de una sola edición en Ethereum es de 220 litros (100Kg) de CO2, equivalente a un vuelo de una hora.

El artista digital Memo Akten analizó unas 18.000 NFT y descubrió que la huella de carbono de una NFT media equivale a más de un mes de consumo de electricidad para una persona media que viva en la Unión Europea.

El impacto de la tecnología en el medio ambiente nos lleva a la revolución industrial, cuando los nuevos procesos de fabricación se vieron facilitados por el avance tecnológico. Este progreso también marcó el aumento de los daños medioambientales, que, más cerca de nuestros días, han encontrado los centros de datos y la minería de criptomonedas especialmente perjudiciales para el medio ambiente.

Los centros de datos son una infraestructura de ordenadores conectados en red que organizaciones como Google o Amazon utilizan para almacenar, procesar o distribuir de forma remota grandes cantidades de datos.

Cuando enviamos un correo electrónico o un mensaje de WhatsApp, nuestra información pasa por uno de estos centros de datos y requiere un alto consumo de energía para funcionar de forma eficiente y refrigerar los equipos.

Los centros de datos representan el 1% de la demanda energética mundial. Se ha calculado que el aumento del uso de Internet durante la pandemia ha elevado las emisiones hasta en 3,2 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono equivalente. Para entender el impacto de esta evaluación, piensa que una tonelada métrica es el peso aproximado de un coche o el equivalente al CO2 producido por conducir desde San Francisco a Atlanta.

Todo proceso digital consume energía. Según un informe de investigación de NASDAQ, el sector bancario mundial, por ejemplo, consume unos 263,72 Teravatios hora al año de energía.

En cambio, Bitcoin (BTC), la cadena de bloques y criptomoneda más popular del mundo, pero también la que más energía consume, consume algo menos de la mitad.

NFT y que más…

La minería de criptomonedas es otra fuente de preocupación por las consecuencias medioambientales. Su impacto es similar al de los centros de datos. Aunque en los últimos años han surgido más datos, especialmente en torno a la minería de Bitcoin, todavía no es posible estimar el impacto medioambiental real de la tecnología blockchain en general, porque depende de diferentes medidas, causas y procesos utilizados.

Por ejemplo, hay una diferencia significativa entre la tecnología blockchain impulsada por un algoritmo de consenso proof-of-work (PoW) y proof-of-stake (PoS). Analizaremos la diferencia en este otro artículo.

La mayoría de los NFT se negocian y almacenan en la red Ethereum basándose en el proceso de minería proof-of-work. El PoW es el tipo de algoritmo de consenso que requiere un mayor consumo de energía, y es aquí donde los expertos en clima suscitan el debate sobre los efectos medioambientales de los NFT.

Los artistas digitales eligen Ethereum para sus ventas de arte digital porque es la segunda criptodivisa más estable y fiable después de Bitcoin. Además, fue diseñada para realizar transacciones de datos más allá de las transacciones de criptodivisas mediante contratos inteligentes, lo que la convierte en una plataforma atractiva para diferentes tipos de uso.