El Poder del Pensamiento Positivo: 5 Formas de Practicar la Positividad

Buscamos constantemente fuentes externas para nuestro bienestar, pero nos olvidamos del increíble recurso que tenemos internamente: ¡nuestra forma de pensar! El vínculo entre tener una actitud positiva y obtener un resultado positivo puede parecer de sentido común, pero muchos de nosotros no nos tomamos el tiempo ni hacemos el esfuerzo de aplicar realmente este enfoque a muchos aspectos de la vida.

Suena simple, ¿verdad? “¡Solo sé positivo!” Todos hemos escuchado esto antes cuando nos enfrentamos a un desafío. Pero no siempre es tan sencillo. Crear una mentalidad consistentemente positiva requiere práctica. Requiere evitar la energía negativa casi tanto como implica crear energía positiva. Y con todas las técnicas y métodos que existen para la superación personal, puede ser fácil sentirte abrumado al ver cómo empezar. Entonces, tomémonos las cosas con calma y veamos cinco consejos rápidos y sencillos que puedes poner en práctica de inmediato:

1. Utiliza afirmaciones.

Las afirmaciones positivas son declaraciones breves y positivas que puedes repetir regularmente para tí mismo o dejar tarjetas de notas donde las verás regularmente. Deben ser positivos, en tiempo presente, e indicar algo que desees. Mantenerlos breves hace que sean más fáciles de recordar y repetir. Intenta decirse algo como: “Estoy vivo y coleando” o “¡Hoy va a ser un gran día!” Suena demasiado simple, ¿verdad? Te sorprenderás de lo eficaz que puede ser esta práctica para crear energía positiva.

2. Recuerda que debes concentrarte en las cosas buenas, por pequeñas que sean.

Intenta adjuntar disparadores de pensamientos a los elementos que usas todos los días para recordar las cosas que te hacen feliz. Por ejemplo, puedes cambiar el fondo de pantalla de tu teléfono para activar un recuerdo de un lugar determinado, poner una pegatina en tu botella de agua que te recuerde tu pasatiempo favorito, usar una pulsera que te dio tu mejor amigo o incluso hacer la contraseña que usas todos los días algo que te recuerda algo por lo que está agradecido. Pequeños desencadenantes como este pueden acumularse en el transcurso de un día y marcar la diferencia.

3. Haz algo bueno por alguien.

No esperes a que alguien inyecte positividad en tu día. En lugar de eso, hazte cargo y crea un momento positivo para otra persona. Probablemente encontrarás que hacer cosas agradables por los demás puede levantarle el ánimo y ser tan satisfactorio como que alguien haga algo por ti. Tampoco tiene que ser grandioso. Darle un gesto amistoso a otra persona al pasar puede hacer que se sienta positivo. Dado que las sonrisas están cubiertas por máscaras en este momento, intenta saludar, asentir con la cabeza o simplemente dar un “hola” feliz a un extraño. (¡Todos vamos a mejorar en sonreír con nuestros ojos este año!)

4. Concéntrate en el momento presente.

mente positiva

Muchas veces, dejamos que los recuerdos negativos del pasado afecten nuestro pensamiento actual. O dejamos que la preocupación por el futuro afecte nuestra forma de pensar sobre el presente. Trata de eliminar esta preocupación por los momentos pasados ​​y futuros y concéntrate en lo que puedes controlar frente a ti. Recuerda que nunca pasa nada en el pasado o el futuro.

Las cosas pasan en el presente. Cada momento en el que te encuentres, por pequeño o aparentemente insignificante que sea, puede ser positivo si no dejas que la preocupación por otros momentos se interponga en tu camino. Si te concentras en tu situación actual y en lo que te está afectando aquí y ahora, es posible que te des cuenta de lo poco importantes que son algunas de las cosas por las que te has estado preocupando.

5. Rodéate de gente positiva.

Probablemente hayas escuchado que terminamos siendo “el promedio de las cinco personas que nos rodean” o algún adagio similar a lo largo de los años. Si bien puede ser peligroso sacar conclusiones tan concretas sobre su propio carácter en función de quiénes son sus amigos, aún podemos usar este principio como una guía para crear entornos más saludables para nosotros y albergar positividad.

Pregúntate: ¿Esta persona me levanta y me apoya? ¿O me menosprecian para sentirte mejor? A veces, la respuesta puede ser más difícil de discernir de lo que imagina. Busca personas que te apoyen y te eleven y luego has lo mismo por ellos. Cuanto más escuches pensamientos y perspectivas positivas de quienes te rodean. Más probabilidades tendrás de que tus formas de pensar se vean afectadas.

Incluso si no puedes poner en práctica todos estos consejos de inmediato, prueba uno o dos. La positividad tiende a agravarse con el tiempo. Piensa en cada pequeño paso que das para cambiar tu forma de pensar como si fuera una gota de combustible en tu tanque. Incluso si no está lleno, tiene la capacidad de llevarte a donde necesitas ir.